Crónicas de Frida y Floki. Volumen II

Después de los trágicos sucesos registrados esta mañana. El implicado en los hechos de violencia demostró su arrepentimiento sobre su comportamiento más temprano en la mañana.
El acusado alegó que el rugir de sus tripas era demasiado fuerte y esos sentimientos se impusieron frente al cariño que suele expresar a su Fridita.
Por otro lado, Fridita se sintió acongojada por el suceso y no supo nada más que hacer que anunciar al mundo lo que estaba pasando con un fuerte grito que implicaba dolor.
Los encargados de resolver el hecho de violencia encontramos a un acalorado Floki, buscando restos de comida entre las posesiones de Frida. Ella en su intento de defenderse había terminado con velocidad la manzana mientras esperaba el plato fuerte.
Uno de nosotros logró alejar a Floki con gritos fuerte de severidad ante lo que había hecho, mientras me tocaba contener a una Frida temerosa que se arrimaba a mi pecho con algunas muestras de dolor y gemidos que así lo confirmaban.
Frida, imágenes de archivo. No contamos con respaldo fotográfico de los sucesos en tiempo real

Durante horas todos expresamos nuestro enojo con Floki, diciéndole lo mal que se había portado y evitamos sostener conversaciones con él. En un rincón de la casa que gozaba de buena iluminación y sobre todo parecía ser acogedor por los rayos de sol se encontraba una Fridita que se caracteriza por los largos suspiros y ronroneos mientras duerme.
Decidí aplicar la figura legal del arbitraje, cada vez que pasaba a lado de Floki me ignoraba, al parecer también se había enfadado porque recibió un castigo por sus actos.
Me senté a su lado en el jardín y comencé a reflexionar con él sobre sus actos, y la consecuencia de los mismos. Le dije que ese comportamiento no reflejaba lo mucho que él quería a su Fridita, que era una compañera de juegos y travesuras fiel y dedicada a sus caprichos. Esa Frida es la misma que intentó jugar con él mientras andaba con una faja y puntos en el vientre y aún así daba lo mejor de sí para complacerle. Su compañera eterna de juegos que sería incondicional y que le quería mucho.
Mientras sosteníamos esta conversación, se acercó la pequeña Frida y sutilmente dejó caer su cuerpo cerca del mío e intentaba dormirse. Por otro lado, Floki empezaba a mostrar esa mirada de arrepentimiento que tiene cuando hace algo malo y apoyaba su mentón en una de mis piernas para dormir sobre ella.
El infractor 

Nuestra sesión de arbitraje terminó siendo una especie de sesión de yoga, a medida que conversaba con ellos estiraban sus patas largas y se movían de un lado a otro, intentando dormir sobre alguna de mis extremidades y sonriendo espero mientras acariciaba sus orejas, su cuello, y alguna vez su hocico.
Me alegra terminar este reporte, informando a mis superiores que finalmente hicimos las pases, vamos a evitar situaciones de confrontación en las que la comida parecer ser el detonante de la violencia.
Y definitivamente vamos a agregar sesiones de yoga en nuestro plan de arbitraje, al parecer nos trajo buenos resultados.

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