Integridad vs cólera


Durante los últimos dos meses aproximadamente ocupé la mayor parte de los miércoles en la noche para asistir a una serie de estudios bíblicos relacionados al trabajo y nuestra forma de ser como cristianos.
Y algo que me parece muy interesante es que cada día en cualquier fuente de trabajo es un desafío, sí un desafío que va más allá de ejercer tu profesión, de realizar a tiempo todos los compromisos que tienes, de reinventarte cada día en tus oficios el hecho de mostrar en cada una de esas facetas lo que el Señor hace en nuestras vidas todos los días.
¿Cómo muestras al Señor aún con todos los altibajos que tienes diariamente? ¿Cómo dominas lo que tu impulso quiere hacer frente a lo que es correcto? ¿Cómo reacciona un cristiano frente a la injusticia?
Y es justo en ese momento cuando uno se convierte en la persona más colérica del mundo y en el momento preciso antes de estallar, vino a mi mente lo siguiente:
“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad”. 2Pedro 5:6
¿Recuerdan las preguntas que hice antes? Pues el Señor nos habla y nos da las respuestas buscando en lo más profundo de nuestro corazón. Había leído este pasaje la semana pasada y la palabra del Señor no vuelve vacía nunca lo hace y es oportuna.
Toda una serie de eventos ocurrieron hasta que puede experimentar en carne propia lo que dice en Pedro, y fue el momento en el que quizás vi más luz respecto a todo lo que estaba estudiando los anteriores meses. Nos toca vivir situaciones de injusticia, nos relacionamos constantemente con situaciones que nos desaniman, nos sacan de quicio y hasta llegan a sacar lo peor de nosotros.


Pero esas situaciones de quiebre son las ocasiones en las que el Señor debería reflejarse aún más en nosotros, la decisión de decir dominio propio es el demostrar lo que él hace en nuestras vidas diariamente. Y cómo reaccionamos frente a la injusticia con paciencia, con amor, con piedad.
Eso no quita toda la formación que tenemos detrás, somos instrumentos del Señor con nuestras profesiones, y no está mal empoderar a las personas con las que trabajas, entender las capacidades de todos, continuar estudiante y aplicando todo lo que ganas en conocimiento, ese es el fin de una formación integral. Como decía un amigo vivir con un corazón enseñable siempre.
De otro modo seríamos tal como las personas que nos hacen daño, reaccionar, pensar, actuar como ellos no nos hace parecidos a Jesús, no muestra ni cerca lo que el hace en nuestras vidas. Y ese debería ser el sentir en nuestros corazones cuando enfrentamos un conflicto en cualquiera que sea nuestra situación. Ser el reflejo de Jesús no reflejar lo que son las otras personas.


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