Nunca olvides  
¿Cuál es tu postre favorito? ¿Cuáles son esos sabores que de inmediato representan un viaje a tu niñez? El mío es el flan, tuve un flashback casi inmediato cuando locomí hoy. No porque no lo haya comido en años, sino por el lugar en el que fue.
Cuando era niña mi abuelo solía esperarnos con unos tazones gigantes de flan, resulta que se convirtió en mi postre favorito. Ese color amarillo oro en unos posillos de porcelana no muy grandes ni muy pequeños no tenían comparación con ningún otro manjar.
Puede parecer el postre más sencillo del mundo, sin embargo nadie tenía la mano de don René. Las instrucciones dicen: Vierta el contenido sobre un litro de leche y remueva constantemente evitando que el contenido se pegue a la olla. Una vez que hierva vacie el contenido en los recipientes de su preferencia y deje enfriar.
Puedo apostar que don René seguía al pie de la letra las intrucciones pero con un giro especial como era todo en su vida. Quisiera conocer el secreto, guardar la receta y entregarla especialmente un día a mis nietos, pero no la tengo, sólo guardo en mi cerebro el sabor de ese flan, guardo en mi corazón el amor con el que lo hizo. Hoy después de tantos años volví a ver el tazón, ya no está, y tampoco sabe igual, sólo me hizo viajar, recordar mi pasado que ahora añoro como presente.
Queda el miedo al olvido, pero de repente aparecen pequeños episodios, pequeños detalles que me hacen pensar en él más intensamente, cada día significa pensar en él, extrañarlo a más no poder y por lo menos dejar que un posillo con flan me haga viajar, pero sobre todo no me deje olvidar.

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