Los discípulos

El hilo y algo más …..

Gabriela Alejandra Agreda Zambrana

Cada vez que inicias algo nuevo, seguramente el miedo, la inseguridad y los escalofríos deben ser sentimientos que invaden tu cuerpo. Sin embargo no todos son malos, creo que la expectativa y la adrenalina también están presentes cada vez que te paras en frente de un ambiente lleno de personas que curiosas esperan que cuentes algo nuevo.

El ambiente ya está listo, poco a poco cada uno toma su asiento, la sala es oscura y por sí misma genera expectativa. De pronto casi sin darte cuenta estás en medio de un cuento y ya no puedes salir. Cada palabra, cada gesto, cada emulación de voz, te lleva de inmediato hacia algún lugar, el viaje de la mente es inevitable, recién está empezando.

La máquina de Leer siempre sorprende a su público con la variedad de personajes, historias que a veces se entrelazan o que de pronto son absolutamente nuevas pero ninguna de ellas deja de funcionar. En ésta ocasión la voz, la gestualidad y el uso de recursos variados logran una sinergia increíble en la narración; si parpadeas seguro te pierdes un momento delicioso para el alma.
Eso sí el alma no deja de soñar y El Hilo es cómplice de las aspiraciones, de los sueños y sin duda alguna llega hasta los lugares más profundos de cada persona. Saca sonrisas internas y por supuesto carcajadas en medio de quiénes disfrutan esta experiencia.

Tengo que admitir que la narración de cuentos es una de mis actividades favoritas, sobre todo porque al estar sentada allí el tiempo se detiene y por un momento todo lo que escuchas cobra vida. ¡Qué linda es la imaginación! Pero sobre todo ¡Qué valientes son los que nos transportan a ese mar de emociones!

Qué más puedo decir, la nueva narración ofrecida por la Máquina de Leer es exquisita, amena e imperdible. El Hilo está listo para sorprender a todo el público, no tengo dudas.